El ala izquierda de la revolución soviética (II)

Por Nemo
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Viene del anterior.

Examinaremos, en esta segunda parte, el carácter de la facción bolchevique, así como su versión sobre la historia de la revolución rusa y, a continuación, el fenómeno de los sóviets a traves de la obra de Volin.

3. La versión oficial de los bolcheviques.
La configuración de la teoría y práctica del marxismo-leninismo tuvo lugar, especialmente, durante la revolución (si bien no llegaría a completarse hasta el gobierno de Stalin). La postura de Lenin y sus seguidores va evolucionando conforme el desarrollo de la misma.
Así, la postura inicial socialdemócrata y reformista en sus primeras obras dará paso, durante el periodo revolucionario y como se muestra en sus Tesis de Abril y su principal obra El Estado y la Revolución, ambas escritas entre la revolución de Febrero y la de Octubre, a una concepción del Estado que lo acercaría a la de los anarquistas, retratándolo como un instrumento opresor de una clase sobre otra y persiguiendo la revolución que instaure la dictadura del proletariado, con la forma de democracia obrera, con participación de los distintos partidos y formaciones socialistas, obreras y campesinas, tal y como se dará en las primeras fases de la revolución de Octubre.
Sin embargo, dos años más tarde, en plena guerra civil, una vez Lenin se ha desecho del resto de fuerzas de izquierda, volvería a cambiar su postura para adecuarla a sus acciones. En La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo Lenin defendería, en contra de la democracia obrera, una dictadura del proletariado con un poder centralizado en un solo partido muy disciplinado, el Partido Comunista, así como el fortalecimiento del Estado como paso inevitable para la llegada del comunismo.
No es de extrañar que se acabara por instalar en la mentalidad soviética, así como en la de los marxistas-leninistas del resto del mundo, la idea de que fue un partido fuerte, centralizado y disciplinado el que guió a las masas al triunfo durante la revolución. Sin embargo, tal cosa no se ajusta a la realidad. No solo el partido bolchevique era, durante la revolución, un partido recién salido de la clandestinidad, fragmentado e, involuntariamente, descentralizado, sino que solo era una de las muchas organizaciones socialistas que participaron en la revolución. La transformación del Partido Comunista en aquel partido centralizado y fuerte, tal y como lo comprende el marxismo-leninismo, no ocurrió hasta la guerra civil que sucedió a la revolución.
En 1936, años después de la revolución, cuando el Estado soviético se hubo transformado, bajo liderazgo de Stalin, en un monstruoso aparato burocrático, Lev Trotsky criticaría en su obra La Revolución Traicionada como el partido bolchevique había degenerado, aplastando la democracia obrera de los sóviets e imponiendo una rígida estructura burocrática. Sin embargo, veremos más adelante como el propio Trotsky se encontraba al mando del ejército rojo cuando ciertos sóviets fueron reprimidos por resistirse a la derechización de la revolución, convirtiéndose el stalinismo en consecuencia directa del leninismo defendido por Trotsky.

4. Volin: La revolución de los sóviets.
Vsévolod Eichenbaum “Volin” fue un revolucionario ruso, de buena formación académica, que vivió la revolución de 1905 como miembro del PSR para posteriormente abrazar el comunismo libertario y militar en un sindicalismo incipiente, participando en la creación de los primeros sóviets, en las revoluciones de febrero y octubre y, tras la consolidación del poder en manos de los bolcheviques, en la revolución campesina Ucraniana. Escribió, exiliado en Francia, La revolución desconocida (Publicada en 1947), obra en la que realiza un completo análisis de la revolución rusa, añadiendo además sus vivencias personales.
En esta obra señala como la revolución rusa no es comprensible sin atender a un desarrollo social y económico que comienza mucho antes y que marca la decadencia del sistema absolutista del Imperio de los zares. Estos cambios son un proceso largo que comienza a hacerse visible a partir de la Revuelta Decembrista (1825). Según él la revolución no es tanto un estallido guiado por un partido determinado como la culminación de un proceso de evolución social de casi un siglo.
Volin describía los sóviets como asambleas o consejos de trabajadores, campesinos y soldados (el pueblo en armas) para organizar la producción y cuestiones de la revolución como la defensa, la justicia o la distribución de bienes. Actuaban por democracia directa y en régimen federal, delegando a las provincias desde las bases hacia arriba, siendo el Congreso de los Sóviets el centro orgánico al que acudían las delegaciones sóviets de provincia. Los sóviets, organizados desde la base, constituyeron un fuerte contrapoder frente al Gobierno Provisional, que mantenía el sistema parlamentario burgués.
Tras el segundo congreso, que dio paso a la revolución de octubre, abandonan los soviets los mencheviques y el ala derecha del PSR, de forma que solo quedaron dentro los bolcheviques y dos fuerzas a su izquierda: Socialrevolucionarios de izquierda y anarquistas. Los bolcheviques, apoyándose en los sóviets, se convetirían en el principal partido de la revolución.
Sin embargo, se desarrollan ahora propuestas distintas: El sector más libertario, propone “todo el poder para los sóviets”, disolviéndose el gobierno centralizado en beneficio de una democracia directa a través de los sóviets; mientras, los bolcheviques recogerían ese lema para derribar el poder de un gobierno provisional en el que no habían obtenido una mayoría y una vez conseguido, verticalizarían el sistema de sóviets forzando al Congreso de los Sóviets a trasladar el poder ejecutivo al Consejo de Comisarios del Pueblo (órgano de gobierno cuyos miembros eran todos bolcheviques) y, en 1937, ya consolidada la contrarrevolución, sustituirían el Congreso de los Sóviets por el Sóviet Supremo, un gobierno centralizado similar al de cualquier país capitalista.
Así, el proyecto de democracia directa de los sóviets fue, según Volin, derribado por la influencia del partido bolchevique, producto de su buena organización frente a la de anarquistas o socialistas revolucionarios, que fueron reprimidos en cuanto comenzaron, tarde ya, a organizarse.

Bibliografía:
ULIÁNOV, Vladimir “Lenin”, Las tareas del proletariado en la presente revolución (tesis de abril),
Madrid, Fundación Federico Engels, 1997.
ULIÁNOV, Vladimir “Lenin”, El Estado y la revolución, España, Proyecto Espartaco, 2000.
ULIÁNOV, Vladimir “Lenin”, La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo (Obras
escogidas), Moscú, Progreso, 1973.
BRONSTEIN, Lev “Trotsky”, La revolución traicionada, España, Marxismo.org, 2002.
EICHENBAUM, Vsévolod “Volin”, La revolución desconocida, Buenos Aires, Proyección, 1977.

Va al siguiente.

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