Barack Obama, ¿un mal menor?

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Con la reelección de Barack Obama prosigue una determinada línea política mundial, continuadora de los últimos cuatro años, que algunos, sobre todo entre los sectores progresistas y socioliberales, afrontan con esperanza e ilusión, pero que muchos otros -y entre los que yo me incluyo-, vemos con desesperanza, apatía y como un acontecimiento realmente inane para el devenir histórico de nuestro futuro próximo.

La política de Obama durante los últimos cuatro años

Antes de lanzarnos a desgajar los posibles retos a los que se tendrá que afrontar el reelegido Obama, sería conveniente analizar qué ha hecho durante su mandato anterior, atendiendo primordialmente a los campos de mayor relevancia.

Hace cuatro años un joven e inexperto senador afroamericano de Illinois ganó a la todopoderosa Hillary Clinton en la elección a la candidatura del Partido Demócrata, el mismo joven afroamericano que más tarde ganaría las elecciones a la presidencia de EEUU, constituyendo un hito de envergadura histórica. Mucho ha llovido desde entonces, y muchas promesas que le hicieron conquistar el voto de más de 70 millones de personas, y que podrían llegar a concebirse como ‘de izquierdas’, se han ahogado en este aguacero. Y es que repasando la política interna y externa durante su pretérita legislatura podemos observar cómo, con poco, ésta es más bien neoliberal y conservadora.

Por ejemplo, y fijándonos en un tema tan importante como la educación, el gobierno de Barack Obama ha incentivado la formación de una educación privada, corporativa, segregacionista y sumisa, en tanto que no incentiva un pensamiento crítico en el estudiante, que tiene como principal objetivo facilitar el negocio a cúpulas de inversión y debilitar a los cuadros sindicales educativos, tanto del profesorado como del alumnado.

Así se muestra en un extenso informe realizado por Danny Weil (CounterPunch), Paul Abowd (Labor Notes), E. Frankenberg, G. Siegel-Hawley y J. Wang (UCLA) [1], en el que se relata cómo el gobierno aprobó una partida que aumentaba en 40 millones de dólares la formación de este sistema de ‘escuelas charter’ [2]. Según se dice en este informe: ‘La expansión actual de las “escuelas charter” es lisa y llanamente un proceso de privatización de las escuelas públicas’. Pero no sólo eso: ‘Las escuelas públicas ahora serán forzadas a elegir el estímulo del dinero por sobre la política, una forma de extorsión económica en aras del creciente control federal y corporativo en la toma de decisiones, especialmente en un momento en que muchos de estos estados están financieramente insolventes’, y prosigue: ‘Cuanto hace la administración Obama, con el secretario de educación Arne Duncan, es parte integrante de la adopción de típicas normas neo-liberales: manejo de fondos federales de estímulo como arma financiera para forzar a todos los estados a incrementar la cantidad de “escuelas charter”, así aquellos estados que no las tengan están presionados para aprobar la legislación que las autoriza’. Asimismo, este plan, que se ampara en una sediciente renovación del sistema de educación público, tiene como otro fin el de desarmar a toda la plataforma sindical educativa:  ‘El ministro de educación de Obama, Arne Duncan, mientras fue Superintendente de Escuelas en Chicago [estado Illinois] cerró 70 escuelas de vecindarios pobres, con el resultado de la pérdida de 6.000 profesores sindicalizados’.

Estamos, pues, ante unas políticas muchísimo más agresivas de lo que daba entender ese ‘Yes we can’ tan optimista. Hay mucho más, como recortes sociales, laborales, etcétera., y que también aparecen en el documento pero que por cuestión de espacio he de obviar. Obama está jugando a la teoría neoliberal de flujo de capital público a privado y, como dicho neoliberal que es, sabe hacerlo muy bien.

Por otro lado, en cuanto a la política exterior, se podría decir que Obama ha jugado con un arma de doble filo, ya que mientras cumplía con su promesa de retirar gradualmente las tropas del arrasado Irak y mataba a Bin Laden, lo cual le reportó un importante rédito político, seguía con sus políticas imperialistas en todo el mundo, destacando especialmente ésta en Oriente Próximo, América Central y Sudamérica. De cualquier manera, estas prácticas geopolíticas eran de esperar en cualquier candidato, por lo que, por desgracia, carecen de significación al menos atendiendo a las pretensiones de este artículo. Prosiguiendo con este ‘doble filo’, cabe destacar el aumento de presupuesto al gasto militar (‘el presupuesto militar asciende a un áspero 55% del gasto discrecional del año fiscal, y aumentará aún más el próximo año. De acuerdo con las proyecciones de la Oficina de Administración y Presupuesto, el presupuesto militar aumentará en 522.000 millones adicionales durante la próxima década’) mientras que reducía drásticamente el gasto social en un país con más de 40 millones de pobres. [3] De tal manera que los ‘programas sociales nacionales constituyen sólo el 17% del gasto federal total, pero sufrirán todos los recortes presupuestarios. Jo Comerford, director ejecutivo de Proyectos de Prioridad Nacional, dijo: “La oferta [de Obama] encapsula el gasto de no-seguridad en 447.000 millones de dólares para cada uno de los tres ejercicios económicos anuales próximos. Durante ese tiempo, la inflación erosionará el poder adquisitivo del total de esa previsión presupuestaria y requerirá recortes [presupuestarios] en los servicios durante cada año sucesivo”. Las consecuencias de recortar el gasto doméstico darán lugar, en el futuro, a un crecimiento de la brecha entre ricos y pobres’. Y es que mantener a medio mundo subyugado por tus directrices políticas y económicas cuesta mucho dinero.

Lo que sí cabe destacar es que durante los dos primeros años de legislatura de Obama hubo más inmigrantes deportados que durante toda la de Bush [4]. Es decir, además de no cumplir su decreto para la legalización masiva, quedando en una paupérrima pantomima electoral, ha exportado de forma sistemática a la comunidad migrante de EEUU, la cual es amplísima. Lo más curioso es que según los primeros datos de las elecciones de ayer una gran mayoría latina, asiática, etcétera., ha apoyado a los demócratas. En fin, parece ser que opacidad mediática está a la orden del día en todo el mundo.

Sin duda, una de los principales avatares y puntales de la legislatura del demócrata ha sido su victoria en el Tribunal Supremo de EEUU, a pesar de que tan solo un 7% de los estadounidenses lo considera un tema de suma importancia, el cual ha ratificado su ley para una cobertura sanitaria casi universal como constitucional, en contra de lo que demandaban los republicanos: el típico mensaje ultraliberal de eficiencia, competividad y reducción de costos de lo privado. Aunque dudo que se desarrolle de una manera tan idílica a como la pintan muchos de sus acólitos he de admitir que es un paso cualitativo para que esa población desamparada (unos 40 millones sin seguridad de ningún tipo o muy básica de los cuales la reforma cubrirá a unos 17 millones) pueda acceder a un elemento tan primordial para cualquier persona.

Qué cabe esperar

Retomando el título del artículo: ¿Es Obama un mal menor? He de decir que no, que no es un mal menor, ya que como presidente del Estado hegemónico no puede permitirse –o no quiere, lo mismo da- el dejar de explotar por doquiera: guerras estratégicas, promoción de paramilitares, de guerras de baja intensidad, facilitar corporativismos en sectores de tal importancia como la alimentación, la educación, etcétera. Obama, ya sea afroamericano, homosexual, asiático, latino, lo que sea, no importa, es capitalista, por lo que la iniquidad está asegurada. ¿Qué es más progresista en ciertos sectores como la legalización del aborto o del matrimonio homosexual? Pues sí, y será de lo poco que ‘me gusta’. ¿Justifican estos pocos elementos otros tan perniciosos para el conjunto global? Pues no lo sé, quizá sí, aunque me gustaría que las cosas fuesen de otra manera; pero bueno, eso son entelequias mías.

[1] Fuente: Proyecto Censurado año 2011
[2] Aquí el artículo. [Inglés]
[3]
Fuente: Rebelion.org
[4]
Fuente: Mltranslations.org Además podrás encontrar otros asuntos sobre la geopolítica de EEUU en el exterior: Libia y Afganistán.

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