Diez años de cárcel para el hacktivista y anarquista Jeremy Hammond

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Con el fin de desenmascarar a gobiernos y empresas, distintas personas han colaborado para hacer públicos millones de documentos que pueden servir para estudiar el comportamiento de entidades estratégicas, como han sido los casos de Chelsea Manning (WikiLeaks) o Edward Snowden (NSA). En el caso de Hammond, uno de sus objetivos fue la agencia privada de inteligencia Stratfor, de la cual logró extraer millones de correos electrónicos que fueron publicados por WikiLeaks y delataron de forma inapelable la relación existente entre empresas privadas y agencias de inteligencia estadounidenses. Hammond, joven estadounidense de 28 años, fue detenido en abril de 2012 y su sentencia fue dada el 15 de noviembre de 2013: diez años de cárcel (máximo posible), para un caso donde se apeló desobediencia civil y la jueza enfrentó acusaciones de “conflictos de interés”.

Como parte de “Anonymous” (una denominación que adoptan personas ligadas a ataques en Internet a objetivos principalmente estatales, partidos políticos o empresas privadas), Jeremy Hammond en coordinación con Hector “Sabu” Monsegur [1] y otros, lograron romper la seguridad de la agencia Stratfor y filtrar información que (en conjunto con otra) ha estado en los medios de comunicación masiva, desinformando respecto al contenido de las filtraciones que ha sido sensible para varios gobiernos [2], prácticas de las agencias de espionaje estadounidenses, espionaje masivo entre gobiernos, etc.

Hammond probablemente no pudo haber tenido éxito de no haber contado con la ayuda de Sabu. Desgraciadamente, esta persona se identificaba como Anonymous y ejecutaba acciones en pro de desclasificar información, pero posteriormente fue tomada detenida y se convirtió en informante del FBI. Luego, durante varios meses colaboró en incentivar filtraciones, otorgando información técnica muy sensible que hacía posibles los ataques por otras personas. La colaboración de Sabu con el FBI permitió posteriormente el arresto en cadena de varios hacktivistas. [3]

El día de la sentencia, Hammond tuvo la oportunidad de expresar unas palabras en torno a su caso y posible condena, de la cual traduje algunos párrafos y se reproducirán a continuación (para ver la declaración completa, puedes revisarla en Sparrow Media [en inglés]):

“… Los actos de desobediencia civil y acción directa por los cuales estoy siendo sentenciado hoy están en línea con los principios de comunidad e igualdad que han guiado mi vida. Hackeé docenas de empresas de gran renombre e instituciones gubernamentales, entendiendo muy claramente que lo que estaba haciendo estaba contra la ley, y que mis acciones podrían llevarme de vuelta a la prisión federal. Pero sentí que tenía una obligación de usar mis habilidades para exponer y confrontar la injusticia ─ y traer la verdad a la luz.

¿Podría haber logrado los mismos objetivos a través de medios legales? He tratado todo, desde peticiones mediante voto a protestas pacíficas y he llegado a la conclusión de que quienes están en el poder no quieren que la verdad sea expuesta. Cuando le hablamos con la verdad al poder somos ignorados en el mejor de los casos y brutalmente reprimidos en el peor de ellos. Estamos confrontando una estructura de poder que no respeta su propio sistema de cheques y balances contables, ni hablar de derechos de sus propios ciudadanos o de la comunidad internacional.

Mi introducción a la política fue cuando George W. Bush robó la elección presidencial en el año 2000, luego tomó ventaja de los aires de racismo y patriotismo después del 9/11 para lanzar sin provocación alguna guerras imperialistas contra Irak y Afganistán. Fui a las calles a protestar creyendo inocentemente que nuestras palabras serían escuchadas en Washington y podríamos detener la guerra. En vez de esto, fuimos etiquetados como traidores, golpeados y arrestados.

He sido arrestado por numerosos actos de desobediencia civil en las calles de Chicago, pero no fue hasta el 2005 que usé mis habilidades informáticas para romper la ley en protestas políticas. Fui arrestado por el FBI por hackear los sistemas computacionales de un grupo de derecha pro-guerra llamado “Protest Warrior”, una organización que vendía camisetas racistas en su sitio web y molestaba a grupos anti-guerra. Tuve cargos bajo la ley de fraude computacional y abuso, donde la “pérdida supuesta” en mi caso fue arbitrariamente calculada multiplicando las cinco mil tarjetas de crédito en las bases de datos de Protest Warrior por 500 dólares, obteniendo un total de 2,5 millones de dólares. Mi sentencia fue calculada en base a esta “pérdida”, aunque ninguna tarjeta de crédito fue usada o distribuida por mí o por alguien más. Fui sentenciado a dos años de cárcel.

Mientras estuve en ella, vi por mí mismo la cruda realidad de cómo el sistema de justicia criminal destruye las vidas de millones de personas mantenidas capturadas detrás de barras. La experiencia fortaleció mi oposición a las formas represivas de poder y la importancia de perseverar en lo que tú crees.

Cuando fui liberado, estaba entusiasmado de continuar mi involucración en luchas por cambios sociales. No quería regresar a la cárcel, así que me enfoqué en organización comunitaria pública. Pero mientras transcurría el tiempo, me frustré con las limitaciones de las protestas pacíficas, viéndolas como reformistas e inefectivas. La administración de Obama continuó las guerras en Irak y Afganistán, potenció el uso de drones y no consiguió cerrar la base de Guantánamo.

Durante ese tiempo, estuve siguiendo el trabajo de grupos como WikiLeaks y Anonymous. Fue muy inspirador ver las ideas de hacktivismo dando frutos. Me incentivaron particularmente las acciones heroicas de Chelsea Manning, quien ha expuesto las atrocidades cometidas por las fuerzas armadas estadounidenses en Irak y Afganistán. Ella tomó un enorme riesgo personal en filtrar esta información ─ creyendo que el público tiene derecho a saber y esperando que sus revelaciones serían un paso positivo hacia el final de los abusos. […]

Adherí a Anonymous porque creo en la acción directa, autónoma y descentralizada. Para ese tiempo, Anonymous ya estuvo involucrado en operaciones de apoyo a la Primavera Árabe, contra la censura y en defensa de WikiLeaks. Tenía mucho que contribuir, incluyendo habilidades técnicas y cómo articular mejor las ideas y los objetivos. […]

Estuve especialmente interesado en el trabajo de los hackers de LulzSec, quienes rompieron la seguridad de objetivos significativos, volviéndose crecientemente políticos. Luego empecé a conversar con Sabu, quien estaba muy abierto sobre los hacks que supuestamente había cometido e incentivaba a hackers a unirse y atacar gobiernos y sistemas corporativos bajo el lema de “Anti Seguridad”. Pero muy temprano en mi participación, otros hackers de LulzSec fueron detenidos, dejándome romper sistemas y escribir comunicados de prensa. Luego, supe que Sabu había sido el primero en ser detenido, y que todo el tiempo que estuve hablando con él era un informante del FBI. […]

Pasé un tiempo investigando Stratfor y revisando la información que ellos daban y decidí que sus actividades y bases de clientes los hacían un objetivo merecido. […]

Me tomó más de una semana ganar acceso completo a los sistemas internos de Stratfor, pero eventualmente entré en su servidores de correo electrónico. Había muchísima información, necesitábamos varios servidores nuestros para transferir los correos electrónicos. Sabu, quien estaba involucrado en la operación en cada etapa, ofreció un servidor, que había sido provisto y estaba monitoreado por el FBI. Durante las siguientes semanas, los correos electrónicos fueron transferidos, las tarjetas de créditos fueron usadas para donaciones y los sistemas de Stratfor fueron dañados y destruidos. El porqué el FBI nos contactó con el hacker que encontró la vulnerabilidad inicial y nos permitió este hack continúa siendo un misterio.

Como resultado del hack a Stratfor, algunos de los peligros de la industria de inteligencia privada sin regulación ahora son conocidos. Ha sido revelado por WikiLeaks y periodistas alrededor del mundo que Stratfor mantenía una red mundial de informantes que usaron para iniciar actividades de vigilancia intrusivas y posiblemente ilegales en nombre de grandes corporaciones multinacionales. [4] […]

El gobierno celebra mi convicción y encarcelamiento, esperando que esto cerrará la puerta a toda la historia. Me responsabilizo por mis acciones, pero ¿cuándo el gobierno dará respuesta por sus crímenes? […]

[…] Creo en el derecho individual a la privacidad ─ de la vigilancia gubernamental y de personas como yo, y aprecio la ironía de mis propias acciones que contradicen estos derechos. [5] Lo cometí en pos de trabajar para hacer de este mundo un mejor lugar para todos nosotros. Todavía creo en la importancia del hactivismo como una forma de desobediencia civil, pero es tiempo para mí de moverme a otras formas de buscar el cambio. […]

Me ha tomado mucho tiempo escribir esto, para explicar mis acciones, sabiendo que haciéndolo ─honestamente─ podría costarme más años de mi vida en prisión. Estoy preocupado de obtener 10 años, pero espero que no, porque creo que hay mucho trabajo por hacer.

¡MANTENTE FUERTE Y SIGUE LUCHANDO!

Como ya se ha dicho, Hammond no tuvo la suerte de obtener una pena más corta, que según el sitio http://freejeremy.net/ (hecho por amigos y familiares) iba desde 0 a 10 años (considerando que ya había pasado suficiente tiempo preso como para seguir estándolo). Además, se consideran tres años de libertad “digitalmente vigilada” una vez liberado.

Los hackeos que han cometido varias personas y que se han descrito acá, han atacado fuertemente al gobierno estadounidense por sus prácticas en el estado-del-arte en vigilancia masiva. Por supuesto (como creo que quien lea ya se estará preguntando si es que no lo sabe aún), este tipo de vigilancia está siendo cometida en varios países en mayor o menor medida y en algunos casos con intervención del gobierno estadounidense, ya sea directamente o mediante empresas basadas en su territorio (¿alguien dijo Google, Facebook, Twitter y otras menos relucientes como Stratfor?).

Recientemente, se ha publicado un texto autoría de Hammond donde entrega más detalles de los gobiernos de los cuales tomó información con ayuda de Sabu (vigilante encubierto del FBI en ese entonces). Dentro de ellos se encuentran: Brasil, Colombia, Puerto Rico, Turquía, Siria, Irán, Grecia, Pakistán y otros. Un especial objetivo fue Siria, donde él argumenta que el FBI se vio beneficiado de la escalada de hackers contra el gobierno de Assad, que finalmente otorgaron más información sobre instituciones sirias al gobierno estadounidense. Según Hammond, esto es fácilmente demostrable porque se ha utilizado en su contra durante el juicio, pero como se declaró culpable, mucha información no se le proveerá. En el escrito finaliza diciendo: “… Como la transparencia gubernamental es un tema en el corazón de mi caso, alego que esta evidencia sea hecha pública. Creo que los documentos mostrarán que las acciones del gobierno fueron más allá de capturar hackers y detener los crímenes informáticos”.

Notas

[1] Sabu fue reconocido por ataques exitosos contra la CIA, el FBI y otros en una época pasada, ganando (creo) confianza o reconocimiento de varios hactivistas.

[2] Varios gobiernos (dentro de ellos México y Brasil en Latinoamérica) han sido objetivo del espionaje de EE.UU., que por medio de WikiLeaks principalmente ha demostrado haber obtenido información confidencial de cada uno de ellos.

[3] Más detalles de la colaboración de Sabu con el FBI en Gizmodo (en inglés).

[4] Hammond da más detalles de cómo con su expertiz y en algunos casos la ayuda de Sabu, logró romper la seguridad de varios gobiernos que no son detallados en la página de referencia.

[5] Hammond expresa anteriormente sus disculpas con aquellos inocentes de los cuales fue revelada su información que pudiera haberlos dañado y eran irrelevantes a sus objetivos.

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