El 8 de marzo más invisible. Las reivindicaciones de las mujeres en otras partes del mundo.

Por VVAA
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Hoy hemos creído muy apropiado traer una reflexión sobre la cuestión de clase en la lucha y las reinvindicaciones feministas del 8 de marzo. Y es que todas sabemos que España, junto con Chile o Argentina, han sido de los países del primer mundo donde mayor impacto ha tenido la jornada del 8M. Un día de huelga secundado por millones de mujeres, y tomando las calles de manera multitudinaria. Como sabemos sobradamente que las noticias y detalles sobre estas movilizaciones, en concreto sobre las marchas de Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Sevilla… estamos todas bien informadas por los medios comunicativos o las redes sociales; no queríamos dejar pasar por alto mencionar a las mujeres olvidadas. A las más pobres entre las pobres, a quienes por vivir en países del tercer mundo, o donde las agresiones del capitalismo son mucho más criminales; ni las redes sociales, ni las mujeres de la cultura occidental prestan demasiada atención.

Este es el caso, por ejemplo, de La India o Blangladesh, donde mujeres fundamentalmente del sector textil, y que en los últimos meses han protagonizado las huelgas más multitudinarias de la historia de la humanidad, ayer 8 de marzo salieron a las calles reivindicando igualdad, condiciones laborales aceptables y poner fin a la violencia contra las mujeres, en muchos casos, muchas de ellas niñas menores. También estas mujeres del sureste asiático están organizándose sindicalmente contra el acoso en las fábricas, la discriminación y para reclamar un salario digno, lo que está sentando un hito y un precedente en las mujeres banglas e hindúes.

También salieron masivamente a las calles las mujeres turcas en Estambul y otra ciudades del país. El pasado 25 de noviembre en la marcha contra las violencias machistas las mujeres turcas fueron reprimidas, ayer las movilizaciones transcurrieron también entre fuerte presencia policial y agresiones con gases lacrimógenos a la marcha de mujeres. Sin embargo, en los últimos años la organización y la presencia de las mujeres en la calle reivindicando el fin del patriarcado es más que evidente, incluso ya desde las revueltas de la Plaza Taksim en el año 2013. Un despertar en Oriente Próximo que va muy de la mano del ejemplo de las mujeres en el Kurdistán y su revolución social con un programa feminista que es la base de toda transformación.

Las mujeres zapatistas este año no celebraron el Encuentro Internacional de Mujeres en Chiapas, la nueva coyuntura política con el gobierno progresista de Manuel López Obrador y sus megaproyectos en territorios indígenas, así como las violencias hacia las mujeres y en concreto hacia las zapatistas al sureste de México ha provocado que este año la convocatoria no se haya centrado en Chiapas, sino que haya habido marchas y eventos en el resto de pueblos y comunidades mexicanas. Aunque las zapatistas reconocieron que no querían poner en peligro a otras hermanas ante posibles ataques paramilitares, saben que no están solas. México tiene una media de diez feminicidios diarios, la más alta de América Latina junto con Brasil.

Y también no podríamos dejar de mencionar a Brasil, donde este año las marchas feministas fueron multitudinarias debido a que la organización de las mujeres está encabezando la lucha antifascista contra el presidente Bolsonaro. Nuevamente las reivindicaciones feministas se unen a la defensa del territorio y de grupos indígenas amenazados por las políticas del capitalismo. De esta manera en todas las ciudades brasileñas hubo marchas, que no olvidaron en absoluto a Marielle Franco, concejala que reivindicaba los derechos de las mujeres y fue asesinada hace un año en Río de Janeiro.

Y estos son algunos de los luggares más destacados; pero en Pakistán se ha celebrado por segundo año consecutivo las marchas ‘Aurat!’ (Mujer) en varias ciudades del país, en la capital, Islamabad, se han concentrado unas cuatrocientas mujeres activistas han pronunciado discursos sobre los derechos de la mujer. En Filipinas, miles de mujeres han marchado contra las políticas patriarcales y fascistas del presidente Rodrigo Duterte, conocido por sus comentarios misóginos, como cuando afirmó que le gustaría ofrecer 42 vírgenes a los turistas que fuesen a su país. Igualmente en Nairobi, Kenia, las mujeres han marchado en contra de las violencias machistas y exigiendo mayores seguridades hacia ellas mismas y reivindicándose como mujeres negras.

En todas las partes del mundo existe el patriarcado, y por lo tanto en todos los rincones se generan resistencias, muchas ocasiones estas resistencias están ensombrecidas o invisibilizadas porque no discurren en los códigos que en la cultura occidental hemos difundido como los universales para cumplir el carácter reivindicativo de la misma. También la cuestión de clase social y raza le otorga un segundo plano a todas las mujeres de otras partes del mundo, centrándonos solo en celebrar que cientos de miles de mujeres salieron en Madrid o Buenos Aires. El 8 de marzo debe ser un día de lucha y visibilización de esta misma, la cual se lleva adelante todo el año; muchas mujeres del mundo luchan día a día ajenas a este movimiento feminista actual, pero sus resistencias cotidianas contienen mucho de feminismo y de anticapitalismo. No olvidemos a las olvidadas.

 

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