Fascismo, migración y asistencialismo

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En el actual escenario socio-político en el que nos encontramos se puede observar por un lado un significativo aumento de las guerras imperialistas y como consecuencia el surgimiento de grupos religiosos radicales y por otro facciones ultra-nacionalistas que buscan expandirse aprovechando vacíos de poder.

Estas guerras están suponiendo como todo el mundo sabe un éxodo enorme de las poblaciones que huyen de escenarios de guerra hacia occidente. Este hecho ha captado la atención de los medios de comunicación y de la población de los países desarrollados y ha puesto el foco (otra vez) sobre la inmigración generando una serie de consecuencias sociales y políticas.

Por un lado nos encontramos a las instituciones, ONGs y partidos promoviendo, en su mayoría, el acceso de estas inmigrantes a sus países, concretamente en España se ha promovido el recibo de un gran número de inmigrantes y la asistencia de este tipo de organizaciones hacia estas.

Por otro lado movimientos relacionados con el fascismo, que en los últimos años han experimentado un ligero crecimiento han aprovechado la circunstancia para lanzar mensajes xenófobos sobre este tema y promover campañas de “prioridad nacional”
En ultimo lugar y como hecho menos mediático, grupos de personas anónimas se han organizado de forma más o menos espontanea para intentar organizar ayuda hacia las personas refugiadas y también hacia aquellas personas migrantes que ya se encontraban en el país.

En este artículo pretendo analizar la parte quizá más llamativa y novedosa de este problema (sin olvidarme de las otras partes) que es el auge del fascismo, en España, y concretamente en Madrid. Este hecho que ha sorprendido a mucha gente, era esperable por otro lado, teniendo en cuenta la coyuntura social en la que nos encontramos, pero para tener una visión más global del problema intentaré poner en situación de forma corta sobre qué es y cómo surge el fascismo.

Los origenes del fascismo como ideología moderna se remontan al periodo de entre guerras en el cual Italia se ve sacudida por una fuerte crisis económica y un aumento de los grupos revolucionarios que crean una sensación de temor en la burguesía y las clases medias. Ante esto apoyan a grupos para-militares y contra-revolucionarios como los “fascii di combatimento” que acabarán tomando el poder e instaurando un estado militarista, totalitario y corporativista.

Pero ¿qué pasa con el fascismo en la actualidad?

Tras la muerte de Franco surgen en España los primeros germenes del fascismo actual en forma de grupos tardo-franquistas como los Guerrilleros de Cristo Rey, la triple A o el Batallón Vasco Español que atacan objetivos materiales y humanos relacionados con la “izquierda revolucionaria”, el ejemplo más conocido es el secuestro de la activista estudiantil Yolanda González y su posterior asesinato.
Ideologicamente estos grupos tienen poco que ver con el fascismo actual sin embargo con los años derivaran en las actuales organizaciones políticas.

En los años 80 surgen en España los primeros grupúsculos más cercanos al fascismo clásico y otros relacionados con el tercer-posicionismo, algunos ejemplos son CEDADE o Bases Autónomas que se posiciona como nacional-revolucionaria y que tienen su auge con motivo de la llegada del fenómeno skin y ultra a España. Se trata de grupos muy violentos pero muy marginales y con gran presión policial. En esta época los nazis ganan un importante espacio en las calles de Madrid. Con la llegada de los 90 los antifascistas se reorganizan en torno a la Coordinadora Antifascista que tendrá que pelearle la calle a unos nazis que continuaban con los ataques racistas planificados como el de Lucrecia Pérez en 1992.

A partir de este hecho se comienza a expulsar a los grupos nazis que irán perdiendo fuerza progresivamente hasta quedar relegados a pocos barrios donde pueden actuar con cierta comodidad. A comienzos de los 2000 el fascismo comienza a organizarse en torno a partidos y organizaciones que intentan evitar escándalos y estéticas nazis o skins, surgiendo partidos como MSR con un mensaje confusionista y ambiguo.

En el año 2007 con el asesinato de Carlos Palomino, estos grupos que habían surgido vuelven a la marginalidad por la reorganización del movimiento antifascista. Sin embargo en torno al año 2012 se produce un punto de inflexión en el cual a partir de la crisis económica estos grupos consiguen cierto margen de maniobra y construyen un espacio político especialmente en torno a los “Hogares Sociales” y otros proyectos basados en la llamada “prioridad nacional” que principalmente se aprovechan de la pobreza de algunos barrios y la ausencia de organizaciones obreras en estos.

En las ultimas semanas hemos asistido a un acontecimiento preocupante como ha sido la manifestación del Hogar Social Madrid por el barrio de Tetuán, lo cual no solo ha supuesto una demostración de fuerza si no algo más peligroso, una capacidad de dicha organización para atraer a gente normal y por tanto generar su propio espacio políticos.

Ante este hecho la respuesta en una ciudad como Madrid ha sido vergonzosa, evitando culpas, pero señalando problemas como las quejas a la policía y a la Subdelegación de individuos u organizaciones que se describen como “antifascistas”, lo cual no solo refleja que asumen un papel débil y de inferioridad si no que avalan a las fuerzas represivas para actuar contra ellas también.

El fascismo está todavía muy lejos de calar en la conciencia general y de generar un peligro político más allá de lo anecdótico pero su derrota no pasa por pedir ayuda a terceros o por embarcarse (exclusivamente) en una guerra callejera, la derrota del fascismo pasa por cosas mucho más “simples” y “cotidianas” como ayudar a las vecinas de tu barrio, crear alternativas para las personas sin recursos que no sean pedir y esperar (repartos de comida, ayudas económicas, etc) si no que impliquen a las propias afectadas en la solución de sus problemas.

Solo entonces cada barrio será una muralla contra el fascismo.

Perspectiva libertaria

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