Kobanê. El epílogo

Por Lus
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Tras la liberación de Kobanê, declarada oficialmente el 27 de enero, 134 días después de la ofensiva del ISIS sobre la ciudad, muchos kurdos y kurdas salieron a las calles a festejar la victoria a lo grande. Se acabaron los derramamientos de sangre, el silbido de las balas y las explosiones en la ciudad, la paz volvió gracias a las YPG, YPJ y otras fuerzas aliadas. Sus habitantes volverán a continuar la labor de profundizar en el proceso de construcción de la autonomía democrática. Pronto irán regresando a sus hogares aquellas personas que tuvieron que traspasar la frontera hacia Turquía huyendo de la guerra. Aquí termina un capítulo en cuyas páginas el pueblo kurdo ha escito unas valiosas lecciones de lucha heroica y revolucionaria, la cual no solo fueron las milicias las que pelearon, sino el pueblo entero ofreciendo apoyo logístico para que estas fuerzas pudieran seguir en el frente. Vencieron a una fuerza terrorista superior militarmente pertrechados con las armas que dejó el ejército iraquí y los yanquis con unos fusiles AK-47, unas ametralladoras y poco más.pero que se mostraron superiores por la determinación, la valentía, el corage y la fuerza de todo un pueblo autoorganizado con fuertes influencias libertarias. Sin embargo, la historia continúa y aún quedan pueblos que liberar alrededor de Kobanê:

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Como podemos observar, la ciudad de Kobanê está completamente libre de ISIS y podemos ver el estado de los frentes en fechas anteriores. A partir de aquí, a pesar de que en los alrededores todavía queda mucho terreno por recuperar, a las YPG, YPJ, FSA y Pershmergas no les supondrán mucho esfuerzo avanzar en las zonas colindantes puesto que las múltiples derrotas del ISIS dejaron armamento, carros de combate y municiones, además de numerosas bajas en las filas del ISIS. Ahora los combates se libran fuera de la ciudad, con un Estado Islámico debilitado y las YPG e YPJ ganando fuerzas tanto militarmente como moralmente y en efectivos.

Una vez más, este episodio nos demuestra que, reitero, la guerra y la revolución se tienen que hacer a la vez. Porque sin revolución, la guerra sería un sinsentido y estaría perdido de antemano por carecer de bases sociales en la retaguardia que permita dotarle de contenido político y revolucionario. Igualmente, una revolución sin guerra sería aplastada de inmediato por las fuerzas reaccionarias. Además, una revolucióin no es sino la guerra abierta entre el pueblo en armas que aspira a la construcción de una nueva sociedad basada en la libertad, la solidaridad y la cooperación, y la clase dominante que quiere imponer su dominio y tiranía.

No obstante, no nos quedemos únicamente celebrando las victorias de Kobanê, tenemos que conseguirlas aquí, en Europa o América latina, ¡o en el mundo entero!, por pequeñas que sean, pero que ayuden al avance de los movimientos populares en el seno de la sociedad capitalista, por la creación de una alternativa política fuera de las instituciones, tomando como referente la construcción de la autonomía democrática en marcha en Rojava. Su lucha es la nuestra, y su liberación también. Son importantes lecciones que demuestran que un pueblo organizado, sí puede materializar una nueva sociedad que supere el capitalismo, el Estado burgués, el patriarcado y los fanatismos de cualquier índole.

Todavía no cerremos el libro. Aún quedan muchas victorias que celebrar y más historias que escribir donde el pueblo sea protagonista y no cuatro gobernantes.

Biji YPG, biji YPJ. Kobanê azade!

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