Libertad individual y libertad social

Por Lus
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Como todo anarquista, nos declaramos amantes de la libertad y por y desde ella luchamos, tratando de alcanzarla mediante la libertad, que es el único camino para poder llegar a ella. En palabras de Rudolf Rocker, “la libertad no es un concepto filosófico abstracto, sino la posibilidad concreta de que todo ser humano pueda desarrollar plenamente en la vida las facultades, capacidades y talentos de que la naturaleza le ha dotado, y ponerlas al servicio de la sociedad.” No obstante, en ocasiones nos encontramos con la dicotomía entre la liberación del individuo o la del colectivo. Rechazamos cualquier poder impositivo, es decir, una autoridad separada de la realidad social concentrada en una minoría que se autolegitima para decidir sobre las mayorías, porque consideramos que coarta la libertad individual y nos impide ser dueños de nuestras vidas. Pero si consideramos que la libertad individual está en cierto modo coartada por la sociedad ¿qué es entonces de la libertad social? ¿Es realmente opuesta la libertad individual a la libertad social? Pasemos pues a analizar esas dos libertades aparentemente contrarias.

Respecto a la libertad individual existen dos concepciones: desde el liberalismo y desde el anarquismo individualista. En el primer caso, la libertad individual se concibe como pequeñoburguesa en cuanto acepta la máxima de “mi libertad termina donde empieza la del otro”, y eso quiere decir que las libertades están limitadas por la de los otros y ello implica que existan individuos con más libertad que otros. Pero para impedir que las libertades se “pisoteen”, el Estado sería el encargado de regular esas libertades mediante las leyes. Aun así, da cabida a la libertad de explotación (que no es una verdadera libertad pues la explotación implica la destrucción de la misma). En la práctica, esa libertad individual no concibe más libertad que la del propio individuo a hacer lo que le dé la gana siempre teniendo la limitación de las leyes.

En el segundo caso, la libertad individual concebida desde el individualismo será ilusoria cuando contamos que un grupo de individuos decide “liberarse” desde el ya mismo sin tener en cuenta al resto de la sociedad, considerándola como enemiga y parte de la estructura de poder. Esa “libertad” en que ellos se declarasen no es más que ilusoria porque en realidad siguen dependiendo de la sociedad, directa o indirectamente. Así pues mientras el resto de la sociedad no sea libre, el individuo tampoco podrá serlo pues siempre acabará influenciado por ella. Tampoco se podría considerar la libertad individual el aislamiento del individuo del resto de la sociedad porque no encontrará sobre quiénes realizar su libertad.

Hasta aquí parece que la libertad individual o es pequeñobuguesa o no existe. No obstante, si analizamos la libertad social nos daremos cuenta de que la libertad individual concebida desde el anarquismo solo es posible si existe la libertad social, es decir, la libertad individual solo se realiza si se materializa la libertad social y así lo demuestra Bakunin: “No soy verdaderamente libre más que cuando todos los seres humanos que me rodean, hombres y mujeres, son igualmente libres” y “La libertad ajena amplía mi libertad al infinito”. Cuando hablamos de libertad social nos referimos a aquella libertad que se materializa en una sociedad en la cual el pueblo haya superado el capitalismo para organizar un sistema económico basado en la cooperación y sustituido al Estado por instituciones horizontales y participativas, dejando la posibilidad de la libre experimentación y asociación de los individuos siempre y cuando dentro del conjunto de la sociedad no existan relaciones de explotación. Solo derrocando a la clase capitalista y el poder político organizado en un Estado, junto con la supresión del patriarcado y el racismo, lograremos la libertad social.

En definitiva, la libertad social es el único garante para el desarrollo de las facultades del ser humano y del individuo, no lo niega sino que le da un amplio abanico de posibilidades en donde desenvolverse, siempre bajo una responsabilidad y unos valores éticos basados en la ayuda mutua y la solidaridad. Esto quiere decir que libertad individual y libertad social no son opuestos sino que la primera es resultado natural de la segunda. La sociedad no tiene por qué coartar al individuo, sino que depende de las relaciones de poder dentro de la misma: si se hace en base a unas jerarquías será restrictiva, habrán desigualdades y por tanto, tanto la libertad social como la individual no existiría porque habría explotadores y explotados. En cambio, si la sociedad se organiza en base a principios antiautoritarios y en base a la libertad, permitirá el desarrollo tanto del individuo como de la sociedad.

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