Memoria libertaria de Sanse

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Durante la Guerra Civil española Sanse no quedó al margen de los acontecimientos fundamentales de ese periodo, ni de los cambios que sufrieron muchos consistorios, albergando un gobierno local de Frente Popular, que incluyó a vocales del sindicato CNT. Recordemos que entonces nuestro pueblo contaba con aproximadamente 1.500 habitantes, y que hasta febrero de 1936 había gobernado la derecha durante todo el periodo republicano.

El mismo 18 de julio de 1936, tras llegar las noticias de la sublevación de los militares africanistas, los obreros de nuestro municipio acuden rápidamente a la entonces denominada carretera de Francia a levantar barricadas y puestos de control.

Aprovechando su posición segura de retaguardia del territorio bajo control republicano en el norte de Madrid, fue zona de paso de las milicias antifascistas desde la capital al frente de la Sierra Norte de Madrid, a donde iban a combatir milicianos y brigadistas durante los primeros meses del conflicto, hasta estabilizarse el frente.

El pueblo es renombrado el 19 de septiembre de 1936 como San Sebastián de Madrid, histórica reclamación de gran parte de la población militante antifascista.

Durante los tres años de guerra, se socializa la propiedad de los medios de producción locales, municipalizándose las fincas de Pesadilla, el Portillo, Valdelamasa y Soto de Albarán, donde se establecieron colectividades rurales para abastecer a la población. Además, y fruto del espíritu de solidaridad imperante, las organizaciones políticas y sindicales presentes en el municipio, como CNT, UGT y SRI llevan a cabo a lo largo de la guerra constantes campañas de ayuda al Madrid sitiado, destinando víveres y ropa de invierno en auxilio a la capital.

Fue a principios de agosto de 1936 cuando un grupo de valientes mujeres encabezadas por Consuelo Encinas Cebrián, en nombre del comunismo libertario, realizan expropiaciones al terrateniente Juan Esteban Martin, en la casa de la calle de la Iglesia 1, para repartir los bienes entre las vecinas más necesitadas de la localidad. Al tiempo que un grupo de milicianos de la CNT, con Simón Perdiguero Marcos a la cabeza, expropian algunos utensilios hallados entre las riquezas de la Iglesia local, que fueron socializados entre todos los vecinos.

Incluso el mismo sindicato CNT había ocupado una pequeña caseta con vacas y una huerta situada en la actual zona de «los guerrilleros», en torno a la actual calle Silvio Abad. Crearon su propia colectividad junto al centro urbano del pueblo, que tuvo que ser defendida por el concejal de la CNT en el municipio, y por los propios trabajadores armados, y que finalmente fue desalojada a finales del verano de 1937 tras acudir la Guardia de Asalto republicana.

Como ya se había mencionado, desde 1937 se empieza a introducir a vocales y representantes sindicales de la CNT en el ayuntamiento y en general en las tareas administrativas locales, lo cual había sido ajeno al sindicato anarquista, tradicionalmente alejado de tareas institucionales. Se nombra vocal del consistorio a Simón Navacerrada Gómez (responsable local en San Sebastián de los Reyes de la CNT y fusilado en Colmenar Viejo) quien participa en tareas locales, laborales o en la gestión de la cartilla de abastecimiento.

El final de la Guerra Civil supuso para Sanse el comienzo de la represión, el fusilamiento de 32 de sus vecinos, y que se ordenara abrir «consejo de guerra» por los tribunales franquistas a otros 75 vecinos y vecinas del pueblo. Después de esto, el pueblo enmudeció durante décadas.

Fue ya el 27 de marzo de 1977, en la plaza de toros de Sanse, donde se realiza el primer mitin público y autorizado de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) desde la guerra civil. Histórico y multitudinario mitin, con la participación de más de 40.000 personas llegadas de distintos puntos del Estado y del exilio, que sentaría el precedente de quienes no aceptaron claudicar ante las exigencias del régimen para su falsa transformación en aparente democracia formal.

Actualmente descendientes de aquellos luchadores y militantes políticos tratamos de recuperar esa Memoria Histórica antifascista. Además, continuamos una lucha que creemos necesaria para la emancipación de las clases populares, para romper con el capitalismo que nos oprime y dar una respuesta al fascismo que a día de hoy todavía está demasiado consolidado en este país. Aspiramos a conquistar nuestra libertad, no como una posesión más, sino mediante el establecimiento de unas relaciones humanas fundamentadas en la honestidad, la solidaridad y el apoyo mutuo, y la autogestión de nuestra vida cotidiana en contacto con el medio natural.

Esto no forma parte de la historia oficial de San Sebastián de los Reyes, sucedió en realidad en San Sebastián de Madrid.

Con la colaboración del compañero Iván F.

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