Recuperando el derecho a rebelión (I)

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En este ensayo me propongo rescatar de la historia el “Derecho a rebelión” contra la tiranía y adaptarlo al contexto actual, es algo extenso por lo que he decidido dividirlo en tres partes. Aquí va la primera entrega:

Definición de tiranía

La tiranía en su interpretación clásica equivale al despotismo, pero con el paso del tiempo con su mala aplicación ha perdido parte de su sentido y con la aparición del concepto de “totalitarismo” se le aplicó por igual a distintos tipos de gobierno opuestos o sencillamente al enemigo ideológico. Para que un gobierno sea tiránico tiene que tener al menos cuatro rasgos fundamentales: arbitrariedad (el ejercicio de poder no está regulado, sino que obedece a la voluntad de los gobernantes, se produce una situación de indefensión y de incertidumbre), imposición (los gobernantes tienen miedo de los gobernados y los gobernados de los gobernantes, no existe una legitimación del poder), imposibilidad de cambio pacífico (al no tener un fundamento racional solo se mantiene por la fuerza y solo puede ser derribado con ésta) y el uso de la demagogia para camuflar la fuerza.

Etimológicamente la tiranía designa el mando de una minoría sobre una mayoría con la existencia de un poder ilimitado no regulado por las leyes, aunque no solo eso las caracteriza, las dictaduras y autocracias también comparten este rasgo pero con algún matiz, en los autoritarismos el gobernante está sujeto a las leyes hasta que decide modificarlas. La tiranía se caracteriza además por ser el “gobierno antipolítico”. 

La tiranía no es un régimen político sino una situación política, corrompe lo político ya que implica un dominio directo sobre los gobernados, es un desorden donde domina la fuerza, además es un gobierno en beneficio del tirano y de su entorno.

El Derecho a rebelión

“Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo la insurrección es para el pueblo y para cada porción del pueblo, el más sagrado de sus derechos y el más indispensable de sus deberes” Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano

El derecho de rebelión es un derecho reconocido al pueblo frente al gobernante ilegítimo, los griegos y los romanos rechazaban el gobierno tiránico pero se limitaban a evitarlo mediante una forma mixta de gobierno, durante la edad media es cuando se empieza a tomar forma el derecho a la resistencia, bajo el nombre de tiranicidio, en esa sociedad contractual lo legítimo era lo legal, cuando se deja de tomar al Derecho como lo justo es cuando se produce la separación entre legalidad y legitimidad, ya que la idea de justicia que tiene el poder político puede ser muy diferente a la que tenga el pueblo, pero esta solo adquiere carácter legal cuando es impuesta. El proceso de resistencia se encontraba arbitrado por el Papa o el Emperador.

Los primeros autores que se encargaron de teorizar sobre el tiranicidio fueron Juan de Salisbury y Santo Tomás de Aquino. Se distinguía entre dos tipos de tiranía: Ex defectu titutli (cuando el gobernante era un usurpador sin título para ello) y A regimene (ejercicio injusto del poder, abuso de autoridad). En el primer caso se trata de una tiranía política y en el segundo de una diferencia entre legal y justo.

Juan de Mariana estableció las condiciones para el tiranicidio: primero se advertía al tirano para que cambiase su comportamiento, luego se le amonestaba, luego se legitimaba la insumisión al gobernante y por último se justifica matar al tirano en acto de legítima defensa.

En la edad moderna apareció el Estado con la pretensión de ser un órgano imparcial que arbitrara las disputas de la sociedad, este acabó con el derecho a la resistencia y al tiranicidio. La dificultad estaba en que la resistencia tendría que ejercerse contra el mismo Estado que se presentaba como impersonal.

En la época contemporánea con el reconocimiento de la soberanía popular y con el constitucionalismo surgió el problema de distinción de leyes tiránicas, ya que la constitución era una garantía frente a gobiernos absolutistas, pero todavía podía darse el caso de que se produjesen leyes tiránicas, según Jaime Balmes eran las que eran contrarias al bien común, no tenían por objeto el bien común, que otorguen privilegios, que excedan las facultades del legislador y que no se ajustasen a los procedimientos establecidos según la constitución. Durante la edad contemporánea el derecho a la rebelión tomo un carácter social y fue desarrollado sobre todo por el movimiento obrero y los teóricos del socialismo.

Definición de democracia

La democracia es el poder de la mayoría o en interés del mayor número”Tocqueville

La Democracia en teoría es el “gobierno de todos”, se caracteriza porque el poder se encuentra repartido entre la totalidad de sus miembros, por lo que la toma de decisiones es fruto de una voluntad colectiva. También puede entenderse como la igualdad de condiciones que es uno de sus aspectos claves, ya que supone la ruptura con los privilegios del antiguo régimen, la sociedad estamental estaba formada por rangos que se adquirían por el nacimiento y era casi inexistente la movilidad social, la sociedad democrática está formada por individuos con iguales derechos y deberes.

Esta es la definición ideal, el modelo que se pone en práctica es la llamada “democracia representativa” donde el pueblo a través de un proceso de elecciones confiere confianza a unos representantes para que gobiernen en su nombre, este tipo de democracia necesita una serie de instituciones pero fundamentalmente al Estado que es la entidad superior y desde donde se ejerce el poder político, el ejercicio de poder está regulado por un ordenamiento jurídico además de estar divido en tres funciones: la ejecutiva (Gobierno, consejo de ministros y jefe de Estado), legislativa (cámaras de representantes: Congreso y Senado) y judicial (administración de justicia).

El sistema de representación está organizado mediante los partidos políticos, estos son organizaciones constituidas por individuos que se identifican con unos ideales comunes y tienen como meta tomar el control político, cada partido presenta una serie de candidatos para ocupar cargos públicos mediantes las listas y los electores deciden. El desarrollo de los partidos ha estado ligado al del parlamentarismo desde sus inicios como nexo entre el electorado y el Estado. Se distinguen cuatro etapas: La primera son los llamados partidos de cuadros (durante el sufragio censitario), con el sufragio universal aparecieron los partidos de masas, cuando apareció la clase media y se consolidó el Estado de Bienestar los partidos perdieron su carácter ideológico y se convirtieron en Catch-all, la última etapa es la de los partidos cártel, donde la mayoría de ellos se financian públicamente y forman una “clase política” independiente con sus propios intereses que principalmente es obtener subvenciones y mantenerse.

Aquí termina la primera parte, continúa en la siguiente entrega.

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