Redención a través de las generaciones

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Yo no le diré a mi hija lo que mi madre a mí.
Yo no le diré “sé buena” sino “sé fuerte y defiéndete”.
Yo no diré tanto “pobre chico” sino que le animaré a ella a indignarse.
Yo no me burlaré de las mujeres femeninas ni de las “armas de mujer”;
para las pocas armas que tenemos no podemos despreciar ninguna.

Le diré: “aprende artes marciales,
¿o vas a estar asustada en una calle oscura?”
Si le gusta un chico le diré “llevas tres horas
fantaseando mientras él se saca el carnet
y ha pensado en ti diez minutos, ¡no tires tus horas!”.

Le diré: si tu padre te empuja y te tira al suelo,
no te quedes callada,
hazle reconocer que no te caíste sola.

Le diré: si tu novio quiere follar y a ti no te apetece
no le hagas una mamada, no hagas nada.
Y si intenta convencerte con reproches déjale,
no es bueno, no te quedes callada.

Si tu tío te acaricia el culo aprovechando que duermes
respóndele, insúltale,
y te prometo que yo tampoco me quedaré callada.

Si tu novio controla tus horas sé fuerte y déjale,
no te quedes callada.
Si agarra el picaporte para impedirte salir grítale
y te aseguro que saldrás,
SOBRE TODO no te quedes callada.

Si un amigo te pone la mano en el muslo
o te coge por la cintura y tú no quieres,
no te apartes solamente, díselo, plántate.

Si tu exnovio te insulta por teléfono
no le regales dinero, no le regales nada,
y responde insultándole tú también, hazlo por mí
¡¡no te quedes callada!!

No le diré que todo lo que ha hecho es un fracaso.
Le diré: hija, lo que haces es maravilloso y estoy orgullosa,
sí, sí, estoy orgullosa.
Le diré: no te disculpes tanto, no des tanto las gracias,
respétate y respeta, y no te quedes callada.

A lo mejor tendré esta hija yo sola,
pero será una mujer libre y eso es lo que me importa.

 

A mi amiga camerunesa Marie Eloge, que nunca se ha dejado maltratar por nadie.

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