El silencio de otros, la memoria de los nuestros

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Anoche, 4 de abril de 2019, se estrenó con gran éxito en la televisión pública española la película-documental ‘El silencio de otros’, dirigido por Almudena Carracedo y Robert Bahar, un montaje narrativo seleccionado de cientos de horas de imágenes de video. 

Este documental retrata la lucha silenciada de las víctimas de la dictadura franquista.  Ha sido filmada a lo largo de seis años, acompaña a víctimas y supervivientes del Franquismo involucrados en la denominada “Querella Argentina” que se puso en marcha el 14 de abril de 2010 ante los tribunales de justicia de Argentina. El objetivo de esta acción legal era conseguir que se investigaran los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado español y los integrantes de la dictadura franquista, para que se identificara a sus responsables y se los sancionara penalmente.

La directora y el director entrevistan a personas que no han podido localizar a sus difuntos asesinados, deseando darles sepultura; también a mujeres cuyos hijos recién nacidos les fueron arrebatados, e igualmente aquellos que protestaban ante la dictadura y fueron torturados. En todos los casos se ponen nombres, rostros y muchas lágrimas a todas estas personas. Es un documental necesario de ver, como comunidad social necesitamos empatizar con el dolor para sobrevivir, debemos llorar a mares de rabia; es nuestra deuda irrenunciable con todos ellos y ellas.

Desde su estreno en noviembre de 2018, ha sido nominada y ha recibido premios en certámenes de cine nacionales e internacionales,​ y en febrero de 2019, consiguió el Premio Goya a la mejor película documental. Actualmente todo un movimiento social que apoyamos incondicionalmente a las víctimas del Franquismo estamos haciendo un esfuerzo muy grande para llevar este documental por todos los rincones del Estado español; y es esa fuerza social la que ha conseguido llevarlo a la televisión pública para verlo millones de personas. La nuestra es una lucha contra el tiempo. 

Conceptos como memoria e historia están íntimamente muy vinculados en el origen etimológico de los mismos. Memoria es traer al presente recuerdos del pasado, y el historiador/a convierte en relato la actividad de quien ha visto el pasado. La historia transforma la memoria en entendimiento y conocimiento común. La persistencia de la memoria es sobreponerse al olvido, lo contrario al olvido es la verdad, aquello que no es borrado y que permanece. Olvidar es dejarnos morir como sociedad, y por eso nuestro mayor tesoro humano ahora y siempre es recordar, incorporar esa memoria a nuestras biografías y transmitirla a nuestros/as hijos/as.

La memoria histórica es el esfuerzo de los grupos humanos por buscar su pasado. Los pasados traumáticos suponen un colapso en la búsqueda de la verdad, y es necesario recordar para paliar el proceso selectivo de hechos históricos. La memoria es personal. La amnesia obligada lleva a recuperar el pasado parcialmente porque el relato histórico oficial no se siente como propio por la comunidad. Debe haber un esfuerzo consciente por encontrar su pasado de acontecimientos no vividos directamente. Ocultar la memoria es un hecho intencionado, por lo que destaparla es un esfuerzo de activismo común.

La memoria colectiva tiene el objetivo de recuperar una historia con una finalidad legítima y aprovechable por el colectivo humano que reconoce buscar ese pasado. Se mueve entre el recuerdo de los testigos y los documentos. Es innegable la necesidad de buscar memorias robadas, bien porque se desconocen por estar en otros códigos o lenguas, bien porque no ha interesado recogerse anteriormente. Las memorias comunes comparten recuerdos y recursos, llevan a una autogestión del conocimiento y se ponen al servicio de unos intereses de clase popular y lucha que confrontan a la historia de la opresión.

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